sábado, 13 de junio de 2020

LA FAMILIA DE PASCUAL DUARTE

La familia de Pascual Duarte, Camilo José Cela, 1942.


De vez en cuando me gusta releer alguno de los clásicos que recuerdo me impactaron en su momento.
Se trata de un relato de la España profunda extremeña en la que se pone de manifiesto lo primario del comportamiento de las personas en estos pueblos durante la década de los años 20-30 (aunque sería aplicable a las épocas futuras; en ciertos casos hasta hoy en día). Aquí las personas se guían por unos instintos prefabricados, pero a los que es imposible sustraerse en aras de un concepto de “honor” atávico, en absoluto basado en el sentido común sino en el instinto más animal que tienen las personas. Se producen crímenes innecesarios, se muestra la decadencia y degeneración del ser humano en la figura de la madre de Pascual además de en otros personajes. Se revela como se anteponen los motivos de hombría, entre otros, a los de amor paternal o conyugal.
Pascual narra la historia de su vida. Nos muestra al padre cruel y a la madre desnaturalizada que tiene. Su hermana es deshonrada y a veces  se manifiesta egoísta, pues es lo que ha mamado. Su vida se ve plagada de muertes. Su hermano es deficiente. Su matrimonio con Lola y la muerte de su hijo son otra de las miserias que se narran. Huye en un momento dado pero retorna a la vida con su mujer, con su hermana y con su madre. Cuenta sus relaciones con el chulo que está con su hermana y con sus propios semejantes. Todo salpicado de miseria y sangre.
El relato es descarnado y tiene la forma de una restauración y edición de un manuscrito encontrado en una farmacia y del que da cuenta una persona a la que Pascual Duarte escribe una carta para que sea publicada bajo ciertas condiciones. El relato está envuelto en un halo de verosimilitud rayana en un realismo despiadado, que nos hace plantearnos el sentido del comportamiento humano en los pueblos olvidados de la España de pre-guerra. De hecho el manuscrito pretende estar sin terminar y deja el final en manos de otros dos testigos más bien indirectos del desenlace final.
Sin duda, una de las joyas de nuestro acervo literario.

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